jueves, 28 de enero de 2010

El vapor de los trenes- Hamlet Lima Quintana




Recuerdo que los trenes pasaban a la noche
y la máquina pitaba tres veces como anuncio
de su pasaje por la estación, y como una nebulosa,
pitaban a lo lejos después, no sé en qué despedida.
Siempre los trenes a vapor impresionaban
cuando pasaban a la noche como duendes,
como fantasmas porque uno no los veía,
tan sólo los escuchaba imaginando viajes,
pasajero del humo que se deshilachaba luego
y entonces uno se bajaba y se subía al humo nuevo.
Si me preguntan a qué lugar se han ido a descansar
los trenes que por la noche jadeaban su vapor,
les diría que están vivos, nocturnamente vivos,
y recorren las vías que están adentro mío
pitando y anunciando su llegada,
nunca su despedida como lo hacían afuera
porque yo también estoy vivo y llevo pasajeros
por las infinitas vías de mis pensamientos.
Antología de la poesía latinoamericana- Paulina Movsichoff

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